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10 consejos para tu excursión bajo el calor

15 junio 2022

Cuando el sol brilla en verano, las montañas quieren que vayas a ellas. En cuanto las temperaturas superan la marca de los 30 grados, las excursiones o las rutas de senderismo pueden resultar especialmente agotadoras. Así que cuando haga calor, debes tener listos los mejores consejos para refrescarte. 

1. Inicio temprano

La parte más agotadora de una ruta o de una excursión a pie por la montaña es la subida. Por eso deberías ponerte en marcha temprano, por la mañana. De este modo, dejarás atrás el tramo donde sudas más cuando aún haga fresco. Las temperaturas suelen alcanzar su nivel más alto hacia la tarde, momento del día cuando deberías haber completado la mayor parte de tu ruta. 

2. Planificación inteligente de la ruta

Muy importante para tu planificación: procura que el comienzo de la subida se encuentre en la sombra. La cara norte de la montaña es el lugar más indicado. Allí el sol no brilla hasta que está en lo alto del cielo. De este modo tendrás suficiente tiempo para sudar menos durante la primera parte de la subida. También es recomendable buscar caminos a través del bosque. Los árboles no solamente ofrecen protección contra los rayos del sol, sino que refrescan el aire ambiental. Extraen la humedad del suelo y la vuelven a liberar. Se produce un enfriamiento por evaporación, y por eso hacer senderismo por el bosque en verano es especialmente agradable. Lo mismo ocurre por un trayecto a lo largo de un frío arroyo de montaña. El agua refresca el entorno. Además del bosque o del agua, un desfiladero a la sombra o un barranco pueden proporcionar temperaturas agradables.

3. El destino gratificante

El clásico destino de una excursión a pie es  la cumbre. Por supuesto, la cima de una montaña también es un bonito punto álgido. Pero en la ruta, durante el calor, también hay otros destinos que valen la pena. Por ejemplo, un lago de montaña de agua clara. No hay nada más refrescante que el agua fresca después de una subida agotadora. Pero ten cuidado: no te tires al lago, sino que debes meterte al agua despacio; podría estar realmente fría. Si tu cuerpo sobrecalentado se enfría repentinamente, puedes poner en riesgo las funciones de tu sistema cardiovascular, y en este caso existe peligro de muerte.

4. Ropa funcional

Siempre que tenemos demasiado calor, nuestro cuerpo intenta regular su propio incremento de temperatura: tu pulso aumenta, el corazón bombeada la sangre hacia la superficie, la frecuencia de tu respiración se intensifica y empiezas a sudar. Esto no sólo suena agotador, sino que también es agotador. Por eso debes ayudar a tu organismo a contrarrestar los cambios de temperatura. Una manera de hacerlos es llevando ropa funcional de materiales sintéticos o de lana merina. Esta ropa desvía la humedad hacia fuera y hace que llevar ropa de este tipo sea muy cómodo.
Ten en cuenta también que en mayores altitudes la radiación UV aumenta. En este caso es aconsejable ponerse ropa larga. También debes pensar en al menos una muda de camiseta para las pausas que hagas durante la caminata o en la cima.

5. La elección correcta del calzado

Las botas de senderismo deben ser las adecuadas, tanto por el número de tu pie como por el terreno. Con el calor, sudarás más con unas botas de senderismo resistentes de cuero que con modelos de tela. Asegúrate también de que las suelas de tus botas sean transpirables. La mejor aireación la proporcionan en pleno verano las sandalias especiales con una plantilla estable y un sistema de cierre que sujete bien el pie incluso durante largas caminatas. Con ellas, siempre podrás refrescar los pies en un arroyo sin tener que temer las dolorosas ampollas.

6. Un avituallamiento adecuado: comida y bebida

Con el calor, los tres primeros mandamientos son beber, beber y beber. Debes abastecer siempre a tu cuerpo con suficiente líquido durante toda la excursión a pie. Es importante que sepas que cuando sientas sed, en realidad ya es demasiado tarde. Esto significa que debes llevar siempre suficiente bebida y que debes ir tomando pequeños sorbos constantemente. Esto es lo que tu cuerpo puede absorber y procesar mejor. Agua, zumos con agua mineral isotónicos o bebidas en polvo son las mejores para compensar la pérdida de líquidos y para aportarte minerales.
Con la comida y la bebida adecuadas le das a tu cuerpo la energía suficiente que necesita para regular su temperatura. Lo mejor es que comas alimentos que sean fáciles de digerir y que toleres. Por ejemplo, se recomiendan los plátanos o las barritas energéticas de alta calidad con hidratos de carbono de cadena larga. 

7. Comprobar las condiciones meteorológicas a conciencia

El calor en verano también hace aumentar el riesgo de tormentas en las montañas. Incluso los hermosos días radiantes de sol pueden engañar. Por eso, antes de tu excursión a pie debes consultar a conciencia el pronóstico del tiempo y tampoco perder la situación de vista durante tu ruta. Estando en marcha, infórmate en los refugios por los que pases. La experiencia de los autóctonos puede valer su peso en oro.
Al hacer la planificación anteriormente, sobre todo para las rutas largas debes tener presente los posibles atajos que haya e interiorizarlos. 

8. Una autoevaluación realista

Cuanto más altas sean las temperaturas, tanto más lento debe ser tu ritmo al caminar. Economiza bien tus fuerzas para que puedas disfrutar de toda la caminata. Especialmente si vas con un grupo, escuches mejor a tu cuerpo. Debes evitar un esfuerzo excesivo a toda costa. Una ambición exagerada está fuera de lugar.

9. Pausas regulares

Suena sencillo, pero es muy efectivo: durante la marcha, haciendo pausas regulares le darás a tu cuerpo un tiempo valioso en el que se puede recuperar para la siguiente etapa de la caminata. Unas breves pausas planificadas pueden ser también muy importantes desde el punto de vista psicológico: cargas la mente y el cuerpo de nueva energía y en el mejor de los casos te mantienes fresco como una rosa todo el día. Importante: durante la pausa, ponte debajo de una sombra para que no tengas una insolación o un golpe de calor.

10. Una protección solar integral 

Cuanto más subas de altitud, más bajas serán las temperaturas. Unas temperaturas bajas a mayor altitud, sin embargo, pueden engañar. En cuanto hayas alcanzado el límite del bosque durante tu excursión y ya no tengas sombra, debes prestar aún más atención en protegerte del sol, ya que en una mayor altitud tiene más fuerza. Así que ponte suficiente crema solar (con un alto factor de protección solar), y cúbrete también la cabeza con un sombrero, una gorra o una bandana. Importante: recuerda llevar también unas gafas de sol de alta calidad.